miércoles, 15 de octubre de 2014

Excursión al collado de La Nevera y las cotas gemelas de Almenaria, organizada por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica del Alto Palancia

El pasado domingo 3 de agosto, dos semanas después de que quedara pospuesta por riesgo extremo de incendio, cerca de 40 personas acudieron a la Fuente de Donace, en Algimia de Almonacid, para participar en la visita guiada convocada por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica del Alto Palancia, para conocer una representativa muestra de las numerosas fortificaciones de la guerra civil española que se conservan en la comarca.

Sorprende comprobar el vasto conjunto patrimonial que nos encontramos con cada paso que damos: metros y metros de parapetos de piedra, con sus accesos, ramales, pozos de tirador; interminables líneas de trincheras que rasgan las laderas y barrancos de la sierra de Espadán; la existencia de galerías y refugios abiertos en la roca, otros meros abrigos accidentales; hasta fortines como las fortificaciones de la cima de la cota norte de Almenaria o "almenarilla".

La visita guiada partió a los pies de La Nevera, en el collado que forman las dos cotas más altas de toda la sierra, los picos de la Rápita (1.106 m.) por el noroeste y de Espadán (1.099 m.) por el sureste. La ruta rodeó las estribaciones occidentales de Espadán por la pista forestal que bordea el barranco de la Hoya, hasta alcanzar el refugio que se conserva junto al giro de 90 grados que hace la pista sobre otros dos barrancos, el barranco Malo, que viene de las alturas que quedan a nuestro frente (al sur de Espadán) y el de Agua Negra, que nace justo a los pies del mismo vértice Espadán. 





Frente al refugio, y mirando hacia Algimia, parte desde la misma pista en dirección O. un ramal de parapeto de piedra que se prolonga varias decenas de metros.

Regresamos hasta la Nevera, donde se conservan innumerables líneas de trincheras, para cruzar la carretera que une las poblaciones de Alcudia de Veo y Algimia (CV-215) y tomar la pista forestal que parte desde ese punto en sentido ascendente en dirección N. Unos cientos de metros después, el camino se bifurca: la pista continua por la derecha y otro camino surge hacia la izquierda; nos desviaremos por éste último hacia la izquierda (actualmente con el firme de cemento) hasta llegar a un corral del que, a su inmediata derecha, parte un pequeño sendero, que tomaremos, iniciando la ascensión a la primera de las dos cotas gemelas: la 'teta sur' o Almenaria.





Una vez alcanzada la cota de Almenaria, la primera de las dos alturas gemelas, frente a ella puede contemplarse la cercanía de la otra cota, la teta norte o "Almenarilla", completamente fortificada a modo de fortín, ocupada por las tropas rebeldes hasta el final de la guerra.

Una vez paralizada la ofensiva de las tropas sublevadas para tomar Valencia tras el inicio de la Batalla del Ebro, durante meses, dos ejércitos, dos Españas, frente a frente, permanecieron en aquellos dos promontorios de la sierra de Espadán, sobreviviendo, viviendo. A ambos lados, hacia la costa de Almenara y hacia las provincias de Teruel y Cuenca, miles de personas, soldados, defenderían igualmente su vida siguiendo el trazado de la línea X-Y-Z, unos apostados en su vasto complejo de fortificaciones defensivas; el resto, fortificándose frente a ella.

Hoy en día, todavía pueden encontrarse restos de suelas de zapatillas, correajes, restos de metralla, latas. Todavía puede revivirse emociones, sensaciones, sentimientos, poniéndose en el lugar de todos aquellos que se encontraron alguna vez defendiendo su vida por unos parajes que, setenta y seis años después, recorremos despeocupados, disfrutando del excelente día y de la mejor compañía, visitando el patrimonio que de aquellos días se conserva, abandonado; conociendo el pasado, nuestro pasado; disfrutando el presente.


















Imágenes: Óscar Pèrez

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